martes, 12 de enero de 2010

recuerdo que recuerdas, recuerdas que recuerdo...

Un día, sí.

No hace mucho tiempo, ¿recuerdas? Amenazaste con darme ese beso que desde que te cerré aquella puerta anhelé.

Curiosamente rebuscando en los cajones vacíos de mi árida angustia llegué hasta ti, desvestí tus recuerdos, miré por tan solo dos segundos tu fotografía… respiré de tu aire el frío que tenía.

¿Dónde estarías ahora mismo? ¿Dónde estarás cuando estemos?

Perdona si te molesto, pero echo de menos que me acunes en estos momentos, que me abras los ojos…que me hagas sentir, que me hagas morirme de miedo. Temblar si me llamas, odiarte por no hacerlo…vivir.

Ser valiente, consecuente, no alejarme más de ti. Reconozco dabas miedo, pero ahora te quiero aquí, no confundas, es deseo el saber algo más de ti.

Nerviosa con tus preguntas, tus aciertos…tus sé que lo sabías, pues yo, yo también lo sé. Tu olor, lo acogedor de tu cuarto, su ventana.

El frío, la ropa tendida…tu canción. Sí, tú canción.

El tiempo que pasa, la vida que llevas, el ritmo que marcas, tu cara de sueño, tu mal despertar.

Los vicios que matan, alcohol que comparto…ni risa, ni llanto merecen hablar.

Dibuja el camino con tu carboncillo, prometo seguirlo si quieres andar, como tu quisieras yo no busco nada…si no buscas nada estamos en paz.

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